27.9.07

Hey.. este es el nuevo proyecto.. UN dia en la vida de UN personaje... a ver qué opinan....

AWAKE IN A LIFE: DON RAMÓN (Primera Parte)

En el momento en que a Ramón le pega la tenue luz filtrada por las persianas, siente que el escozor de los ojos le quema y los abre deseoso de que sus sueños no se repitan más. Se levanta súbitamente y la vista se le nubla por el movimiento tan brusco, por un momento pierde el equilibrio pero se iza de las percudidas sábanas al tibio contacto del algodón maloliente, cuyo hedor se intensifica por el abrumante calor que le recorre desde los tobillos hasta sus hombros, deteniéndose en su garganta y formando una masa de aire caliente que le dificulta el respirar.

Apoya sus pies en el piso de madera y una botella vacía de licor rueda hasta debajo de la cama. Cuando se levanta el dolor de su vieja cadera y articulaciones, oxidadas por los años, lo hace tambalearse hasta el baño. Ahí, recargado sobre el frágil lavamanos se ve como todas las mañanas, con la misma rutina acostumbrada desde hace trece años y un rostro no tan viejo marchitado por el desengaño y la levedad le devuelve la misma mirada vacía.

Cuando pasa junto al escéptico espejo de su vestidor se queda parado frente a él por un largo rato. Desnudo como está, recorre la mirada por el cuerpo contrahecho por cicatrices causadas por la diabetes. Siempre ha odiado las marcas que le ha causado la enfermedad y desprecia con fuerza una en especial: la de su rodilla izquierda. Nunca ha tolerado esa peculiar marca en forma de cuña que atraviesa su hueso y le recuerda momentos más felices. Tanto ha sido su odio a la misma, que siempre que algún curioso pregunta por la fuente de esa indecorosa insignia de piel se atreve a contestar que fue causada por algún traspié de su juventud. La historia cambia siempre, dependiendo de su humor y de la situación en la que se encuentra: ayer frente a sus compañeros de trabajo durante un juego de rugby, la huella se la había hecho en una cantina cuando él y su mejor amigo se disputaban el amor de una mulata de ojos aceituna con quien huyó a su natal Cuba una vez que hubo noqueado a su contrincante. Hace unas semanas, el conserje del edificio se había enterado de muy buena fuente que Don Ramón, del 5B, había sido un destacado atleta cuando joven y que en una fallida expedición a una montaña había caído 50 metros hasta el fondo, rompiéndose todos los huesos y dejando como única prueba de su nulo éxito esa cicatriz en forma de cuña en la rodilla izquierda.

Por supuesto Ramón nunca ha tenido una rencilla en su vida, nunca ha tenido un romance que lo haya llevado más lejos de las fronteras de su ciudad y mucho menos se ha atrevido a ser un hombre de riesgos. Su vida se ha limitado – ya sea por su enfermedad o por miedo – a mantener una estricta rutina, perfectamente planeada y llevada exitosamente a cabo desde el primer momento del día en que abre los ojos y parpadea tres veces por la mañana para despejar el sueño, hasta que se coloca el gorro para dormir, chasquea su lengua contra los desgastados dientes delanteros mientras resopla y finalmente se deja llevar por el sueño. Su vida siempre se ha mantenido al margen de la rutina para evitar imprevistos como aquél en donde, en un desplante de euforia estuvo a punto de comprar una caja de chocolates para diabéticos. ¡Pero que tontería! Y todo porque esa atractiva muchacha le había comentado algo acerca de unas propiedades que servían para personas con su estado de salud. Afortunadamente entró en razón pronto y fue a quejarse con el gerente del supermercado. Le parecía irresponsable que una joven tan atractiva representara un producto que evidentemente el no necesitaba. Cómo era posible que parte de la estrategia de venta de ese lugar, tan frecuentado por familias completas, fuera utilizar a una jovencita exageradamente escotada y que por si fuera poco se atreviera a seducirlo mientras le mostraba la caja de chocolates. Finalmente el salió del supermercado airado e inflado en su propio ego, pensando en lo tonto que era pensar que fueran notorias las marcas de la enfermedad. La muchacha fue despedida.

(continuará...)